martes, 29 de diciembre de 2009

La purulenta historia del Dr. Sinatra

Un día, hace ya unos meses, estábamos ensayando un nuevo tema cuando, de improviso, la puerta se abrió con gran estrépito. Entró un hombre que debía rondar los noventa años. Pese a su edad, aquel señor parecía gozar de una extraña vitalidad. Vestía un elegante traje de corte clásico y unos zapatos recién abrillantados. El tipo iba pulcramente peinado, con una buena dosis de gomina y la raya al lado derecho trazando una línea recta digna del mejor ingeniero. Sin embargo, lo más extraño de todo era la bata blanca con la que se cubría el traje…

–Perdone, ¿se ha perdido?

–Espero que no, hijo. ¡Os he estado escuchando y creo que vuestra música es la peor mierda que he oído en mi vida! -El anciano parecía entusiasmado ante nuestra falta de talento.

–¿Disculpe?

–Ya me has oído. ¡Una auténtica bazofia! ¡Por fin! Llevo años esperando este momento. –El extraño personaje encendió un cigarrillo mientras nosotros nos mirábamos atónitos los unos a los otros–. Mirad chavales, ha sido una suerte que de con vosotros. Sin duda sois el peor grupo sobre la faz de la Tierra, y eso es justo lo que llevo buscando desde hace más de cuarenta años.

–Mire señor, no sé quien es usted pero…

–Doctor. Doctor Anthony F. Sinatra Junior, para serviros. –El tipo nos fue entregando unas tarjetas en las que aparecía, efectivamente, su título y su nombre completo. Bajo el nombre aparecía la leyenda: Doctor en medicina y artista publicitario–. Veréis, mi historia es bastante complicada, pero cuanto antes os la cuente antes podréis volver a vuestras cosas. Para entonces os prometo que sólo habréis tenido que pasar un mero trámite.


El tipo no paraba de moverse por el local mientras nosotros éramos incapaces de reaccionar. No sé quien fue el que finalmente tuvo la sangre fría para dirigirle la palabra.

–Verá, doctor. No es que quiera molestarle pero aquí tenemos todos seguro y enciclopedias, y en cuanto a la religión…

–Tranquilízate muchacho, esto sólo nos va a llevar unos minutos. Y te aseguro que después las cosas empezarán a ir mejor para todos. –Tras dar una vuelta más por el local, el tipo acabó sentándose encima del amplificador del bajo–. Veréis, yo era una estrella. Una estrella más importante de lo que jamás os imaginaríais. Durante los años cincuenta y los sesenta, en mi país, a las compañías tabacaleras y a las de bebidas alcohólicas les empezó a entrar el miedo a la salud. Los informes cada vez eran más comunes y la gente empezaba a saber que aquello que se estaban metiendo entre pecho y espalda no era trigo limpio. Desesperados, buscaron por todo el país un médico, un científico, lo suficientemente loco como para afirmar que todo eso que se estaba diciendo era mentira.

–Ya veo…

–Pues sí. Yo fui ese tipo. De hecho, yo también soy el “uno de cada diez” que recomienda los chicles con azúcar. Empecé a aparecer en entrevistas, anuncios publicitarios, reportajes… La gente me adoraba porque hacía que no se sintieran culpables. Fama, mujeres, alcohol y tabaco gratis para siempre… Se puede decir que la vida me sonreía.

–¿Y me va a decir que lleva fumando y bebiendo desde entonces y está así? Quiero decir, no se ofenda pero… usted ya es talludito.

–Que más quisiera yo. No. Mi salud se fue deteriorando rápidamente. Eso, sin embargo, era algo que los anunciantes que habían pagado por dar una estupenda y saludable imagen de mí no se podían permitir. Todas las compañías de tabaco y alcohol de América invirtieron sumas millonarias en un proyecto secreto que debía mantenerme joven y sano mientras me seguía pegando la fiesta padre. Durante dos años estuve en un centro de internamiento en el que me sometieron a pruebas y tratamientos experimentales.

–¿Y salió bien?

–¿Es que no me ves? Tengo noventa y tres años y mejor pinta que cualquiera de vosotros.

–Entonces, ¿cuál es el problema?

–Para cuando salí de aquel sitio, mi tiempo había pasado. La gente ya estaba convencida de que el tabaco y el alcohol no eran tan sanos como yo predicaba. De hecho, muchos pensaban que había muerto. Así, perdí la fama, el dinero y las mujeres, por no hablar de una carrera en la medicina con una grave crisis de credibilidad. El tabaco y el alcohol no se fueron tan rápido, pero esa es otra historia…

–No veo que tiene que ver todo esto con nosotros.

–La gente que se encargó de arreglarme… Bueno, digamos que no eran tan profesionales como lo que cobraban. Se guiaban por la ley del mínimo esfuerzo, así que decidieron que lo único que tenía que quedar aparente era lo que salía por la tele. Casi todo mi cuerpo está perfecto pero…


El doctor Sinatra empezó a desabrocharse los botones de la camisa y nos enseñó el torso. Nuestra música no sería muy buena, pero aquello era un espectáculo grotesco. El tipo tenía todo el pecho lleno pústulas del tamaño de mandarinas. Estaba en carne viva y a través de él se podían apreciar perfectamente dos pulmones completamente negros.


–Joder, qué asco.

–Exacto. Aunque parece que lo llevo bien, esto es un suplicio. Por las mañanas toso hasta que escupo sangre y cada día se me cae un trozo de piel nuevo. De hecho, si te fijas, desde este ángulo las costillas quedan al aire…

–¡Por favor, cúbrase!

–Sí, sí, claro. Ya habéis visto que vivo en un martirio. Yo no puedo seguir así. Bueno, en realidad, el problema es que sí puedo…

–Me da la sensación de que ahí es donde entramos nosotros.

–Exacto. Aquellos tipos me prepararon para la peor de las enfermedades. No hay nada físico que, por mucho que me dañe, pueda llegar a matarme. Sin embargo, hay algo para lo que no me prepararon esos matasanos. ¡Para una música como la vuestra! Yo he visto en directo a los mejores músicos de jazz de la historia: Charlie Parker, John Coltrane, Miles Davis… ¡Me encanta el buen jazz! Por eso estoy seguro de que una descarga completa de vuestra basura acabará conmigo. Es lo único que os pido. Y ya os he dicho esto no quedará así. Cuando todo haya acabado, os prometo que las cosas también empezarán a mejorar para vosotros. Sin duda, tendréis una buena recompensa a vuestros esfuerzos.


Salimos del local mientras el anciano se acomodaba en el amplificador y empezaba a toquetear todos los botones.

–Este tipo está completamente loco.

–¿Y si dice la verdad?

–Al fin y al cabo, no perdemos nada. Y nos ha prometido una recompensa. ¡A partir de ahora todo serán mujeres y fama!

–Total, todavía nos queda una hora de ensayo…


Volvimos adentro y empezamos a tocar. El doctor Sinatra empezó a poner caras de dolor hasta que, tras cuatro temas, se calló del amplificador. Paramos y le rodeamos.


–Muchas gracias muchachos.

–¿Qué tenemos que hacer ahora?

–¿Y yo que queréis que os diga?

–Pero si nos prometió una recompensa. ¡Mujeres y fama!

–Yo no he dicho eso. Sólo he dicho que las cosas mejorarían. Al fin y al cabo, no podéis seguir tocando así de mal toda la vida, ¿no?


Y murió. No sé si la historia sería cierta o no. Si le matamos o se murió él, pero ese día aprendimos una valiosa lección. La pena es que ninguno la recordamos.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Concierto en Fnac, Parquesur

El día 30 de enero a las 19:00 podréis ver el estreno de Sputnik, mon amour en la cafetería de la Fnac, en el Centro Comercial Parquesur en Leganés.

La dirección es:
Avda Gran Bretaña, s/n.

Podeis llegar al Centro Comercial en:
Metro, Carrascal (Línea 12)
Cercanías, Zarzaquemada (Línea C-5)
Autobús (Líneas 432, 481, 483, 485, 485B, 488, 496 y 497).
Coche ( desde Madrid A-42 sentido Toledo, desde Toledo A-42 sentido Madrid, Carretera de Villaverde a Leganés, M-45, M-421 Carabanchel Alto-Leganés, M-425 Vía Lusitana-Leganés).

Os esperamos.

Primeros bocetos de la web

Como anticipo a lo que será la página web, aquí os dejamos algunos bocetos en los que estamos trabajando.

Boceto de la portada.


Conciertos


El despacho del Dr. Sinatra (al que conoceréis muy pronto).

¡Bienvenidos!

Lo primero que hay que hacer en estos casos es, lógicamente, saludar. Os presentamos el blog de Sputnik, mon amour, un sexteto difícil de definir, aunque lo intentaremos:

En la primavera de 2009, surge Sputnik, mon amour, un grupo tan indefinible como la mezcla de estilos que propone: desde el jazz más cercano a los orígenes de Nueva Orleans hasta el funk menos ortodoxo, pasando por el latin jazz, el blues, el ska o el tango. Metido todo en una coctelera extremadamente joven, el resultado es… impredecible.

Tras haber pasado una buena temporada entre conservatorios y otras bandas, los miembros de este sexteto se han centrado en un objetivo: pasárselo lo mejor posible y, de paso, hacer que tú te lo pases aun mejor (aunque convertirse en billonarias estrellas del rock también se plantea a un medio plazo…).

Pues bien, una vez presentado el grupo, toca presentar el blog: Pravda, mon amour. En estos momentos estamos desarrollando la página web del grupo y, como anticipo, hemos decidido crear este blog para irnos lanzando al universo de la red. En él podréis encontrar noticias, fotos e información sobre todo el proyecto de desarrollo de la página web en el que estamos trabajando y al que esperamos que podáis acceder dentro de muy poco.

Sin embargo, una vez publicada la web, Pravda, mon amour continuará existiendo, como vehículo rápido de noticias, conciertos, impresiones de los componentes...

Bueno, creo que ya no queda nada más por presentar. ¡Que lo disfrutéis!